jueves, 31 de enero de 2013

El Estado y la escritura

por Mario Wainfeld* para Página/12

La respuesta de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a un párrafo de mi nota abunda en comentarios despectivos a mi labor profesional y en panegíricos al ente. También me aconseja cómo hacer mi tarea. La libertad de expresión es sagrada: no responderé en detalle ni con igual desprecio, aunque no le reconozco al organismo legitimidad para juzgar la labor periodística. Lo que no hace el comunicado es responder el núcleo de mis críticas. Las repito y amplío.
Digo que el otorgamiento o negativa de divisas para viajar no se funda en norma escrita alguna. El Estado republicano fija sus reglas por escrito, para que los ciudadanos las conozcan y sepan a qué atenerse. La AFIP dice que diseñó “un sistema inteligente y actualizado”, pero no explica cómo lo cargó. O sea, cuáles son los parámetros reglamentados y publicitados con antelación que utilizó. Los criterios cualitativos y las fórmulas cuantitativas que permitirían que cualquiera supiera de antemano “qué me van a dar”.
¿Cuál es la norma escrita que establece qué es, a estos fines, “capacidad económica del contribuyente”? ¿Hay topes máximos para otorgar divisas a quienes, eventualmente, tienen esa capacidad? ¿Hay cupos máximos o promedio, por días de viaje o por año para autorizar ventas? De nuevo ¿dónde están escritos?
Conozco el sistema de solicitudes en el site de la AFIP. Lo usé y vi usarlo a otros contribuyentes. La negativa no se funda, es dogmática. La autorización tampoco se explica ni tampoco la razón de su cuantía cuando es menor al pedido. Un acto administrativo infundado es imperfecto e impreciso (secretista, en suma) por muy inteligente que se pretenda el sistema informático que lo anuncie. Si hay criterios generales universales y pautas matemáticas que deban traducirse simplemente en la decisión, éstos deben ser conocidos públicamente por estar escritos y publicados. Y descritos en la decisión.
Conozco personalmente a gente que se acercó a las oficinas de AFIP a pedir que le explicaran las razones y los empleados les dijeron que ellos las desconocían.
Reitero lo dicho, también la adhesión a la política general que orienta esa medida.
Soy periodista hace muchos años. Cada cual aprende como mejor puede y tiene el prestigio que le reconocen los demás. Integro el movimiento nacional y popular desde hace décadas. Eso va referido a la pertinencia que atribuyo a los comentarios políticos de la AFIP, que son menos importantes que el resto, pero que creo justo replicar.

*Aguante Mario, contra la insolencia de los burócratas.

3 comentarios:

casuisticus dijo...

Buena señal, ya se le están animando a contestar al despotismo no ilustrado, y desde el diario subvencionado...

Anónimo dijo...

Pedirle a la AFIP que se regule me parece inutil.
Para eso está la justicia, para controlar que se cumplan las leyes.
Sin una justicia que funcione no hay poder que responda.

Anónimo dijo...

En realidad, me parece que lo peor de la contestación de AFIP está en esto:

"Resulta de público conocimiento que AFIP cuenta con valiosa información obtenida de diversas fuentes: bancos, tarjetas de créditos, colegios privados, expensas, etc.; además de las autodeclaraciones efectuadas por los propios contribuyentes."

La AFIP en definitiva es una agencia de ingresos públicos, tal como su nombre lo indica; que tenga toda esa información cruzada y disponible para cualquier momento quiere decir que está violando las mismas leyes de protección de datos personales que tenemos en Argentina. Dicho esto, mejor ni ahondemos en lo que implica que un organismo de recaudación fiscal acceda a cosas como la información de cuánto paga cada quien de la cuota del colegio para saber si esa persona está o no en infracción impositiva.

Podrían empezar, por ejemplo, mejorando la ingeniería del sistema impositivo en Argentina (nuestro sistema impositivo es extremadamente complejo), o desde el vamos, permitiendo que los usuarios de una aplicación tan simple como Mozilla puedan hacer sus trámites de monotributo desde el Mozilla y no se tengan que cambiar a Internet (más imposible aún en los casos en los que se usa GNU/Linux!).

El problema de la AFIP no es que sean vigilantes, el problema es que son unos inoperantes de mierda. Podrían recaudar lo mismo pero haciéndolo mejor, o incluso podrían recaudar más si hicieran las cosas bien. Pero no, qué va, más importante es andar ocupándose en la pelotudez de responderle a Wainfeld sobre algo en lo que, además, Wainfeld tiene razón.